¿EE.UU. contra los cárteles o solo una excusa para meterse en México?

En los últimos meses, la relación entre México y Estados Unidos ha sido un ir y venir entre polémicas y tensiones debido a la intención del presidente estadounidense, Donald Trump, de designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras. Esta medida, anunciada en diciembre de 2024, busca otorgar al gobierno de EE.UU. mayores facultades para combatir a estos grupos, incluyendo posibles operaciones militares en territorio mexicano.

Nuestra presidenta Claudia Sheinbaum ha subrayado que, aunque se trabaja conjuntamente, no se permitirá la subordinación a políticas extranjeras y ha comentado contundentemente que sí existe colaboración y coordinación en temas de seguridad entre ambos países, pero México es una nación libre y soberana que no acepta intervenciones externas.

Además, Sheinbaum ha destacado que gran parte de las armas utilizadas por los cárteles en México provienen de Estados Unidos, y que la demanda de drogas en ese país es un factor clave en el fortalecimiento de estas organizaciones criminales. Por lo tanto, ha instado a abordar el problema desde una perspectiva integral que considere tanto la oferta como la demanda de drogas, así como el tráfico de armas.

La historia nos ha demostrado que los enfoques militarizados en la lucha contra el narcotráfico no siempre producen los resultados esperados y, en ocasiones, incita aún más a la violencia. Es fundamental reconocer que el problema del narcotráfico es multifacético y requiere soluciones integrales que aborden tanto la oferta como la demanda de drogas. La cooperación binacional debe basarse en el respeto mutuo y en estrategias que fortalezcan las instituciones locales, promuevan el desarrollo económico y reduzcan la corrupción.

Solo a través de un enfoque equilibrado y colaborativo se podrán enfrentar eficazmente los desafíos que representan los cárteles y garantizar la seguridad y bienestar de ambos países, la postura de Estados Unidos de declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas ha tensado las relaciones bilaterales y ha suscitado debates sobre la soberanía nacional y la eficacia de dicha estrategia en la lucha contra el narcotráfico.